LA CRISIS CAPITALISTA Y LOS SINDICATOS
¿Quieres reaccionar a este mensaje? Regístrate en el foro con unos pocos clics o inicia sesión para continuar.

Documento: "Crisis y creacion de valor"

Ir abajo

Documento: "Crisis y creacion de valor" Empty Documento: "Crisis y creacion de valor"

Mensaje  GEC Lun Abr 11, 2011 11:58 pm

Estimados compañeros:
Aqui les dejamos un documentos escrito por un compañero militante de Perspectiva Internacionalista. Nos parece que servirá mucho para el esclarecimiento. Por nuestra parte, estamos de acuerdo en muchas cosas que expone el compañero, aunque de todas formas este documento creemos que servirá para contribuir al debate. Este es el documento:

Creación de Valor y La Crisis de Hoy

La reciente implosión de la burbuja de bienes y raíces en EEUU y la relacionada crisis del crédito aun no han provocado un colapso de la economía capitalista mundial pero si nos lleva un paso mas cerca a ello. La teoría del valor de Marx es un instrumento vital para comprender lo que pasa. Nos permite ver como la tenacidad del modo de producción capitalista esta directamente vinculado con su desarrollo de nuevos métodos de explotación, nuevos campos para la creación de valor. Pero también lo hace posible entender como los capitalistas, en su incesante búsqueda de plusvalía, están haciendo al capitalismo más obsoleto y levantando los obstáculos que hacen su colapso económico inevitable, hasta nuevos niveles. El siguiente artículo analiza la evolución de las condiciones para la creación de valor desde el surgimiento del Fordismo hasta el impasse de hoy, del cual solo una revolución de la clase trabajadora ofrece una salida.

Introducción: Sobre la Plusvalía Relativa
En el Capital, Volumen 1, Marx le da gran importancia a la distinción entre la plusvalía (PV) absoluta y relativa, la cual él claramente define:
“La plusvalía producida mediante la prolongación de la jornada de trabajo es la que yo llamo plusvalía absoluta; por el contrario, la que se logra reduciendo el tiempo de trabajo necesario, con el consiguiente cambio en cuanto a la proporción de magnitudes entre ambas partes de la jornada de trabajo, la designo con el nombre de plusvalía relativa” (El Capital, Ed. Penguin, vol. 1, pg.432).
El continua por explicar que el segundo es una función de la subida de la productividad en aquellas ramas de la industria que determinan el valor de la fuerza de trabajo, añadiendo que una elevación en la productividad en sectores que ni de forma directa ni indirecta producen medios de subsistencia, no altera el valor de la fuerza de trabajo y por lo tanto no aumenta la plusvalía relativa. De esto sigue que el aumento del plusvalía relativa no es un método consciente y directo por el que el capitalista genérico busca incrementar su ganancia sino un subproducto de la tendencia general del capitalismo de elevar su productividad: “Cuando, por ejemplo, un determinado capitalista abarata las camisas intensificando la capacidad productiva del trabajo, no es necesario que su intención sea, ni mucho menos, disminuir proporcionalmente el valor de la fuerza de trabajo y, por tanto, el tiempo de trabajo necesario. Solo contribuyendo de algún modo a este resultado contribuirá a elevar la cuota general de plusvalía.” (pg. 433)
Aunque sea mayormente un subproducto del impulso tecnológico del capitalismo en vez de un resultado conscientemente buscado, Marx considera a la PV relativa la principal fuente de ganancia para el capitalismo cuando desarrolla un proceso de producción específicamente capitalista, cuando se convierte en la real subsunción del trabajo (la real dominación del capital). Entonces cuando él explica esta transición, el empieza por recordar la importancia de la PV relativa:
“Hemos demostrado la importancia crucial de la plusvalía relativa. Esto surge cuando el capitalista individual se ve estimulado para tomar la iniciativa por el hecho que el valor = al trabajo socialmente necesario objetivado en el producto y que por ende el plus valor se crea para él en cuanto el valor individual de su producto cae por debajo de su valor social y se puede vender de acuerdo a ello por encima de su valor individual. Con la producción de la plusvalía relativa, toda la forma real de la producción se altera y una forma específicamente capitalista de producción nace (a nivel tecnológico también).” (Pg. 1023-1024)
Existe una aparente contradicción entre esta cita (De “Los resultados del proceso inmediato de producción”), El capital Vol. 1 que el decidió no incluir cuando ese trabajo fue publicado) y los primeros (de la sección cuarta del volumen 1). En el primero, Marx esta diciendo que el capitalista, al disminuir el valor de su producto no crea automáticamente PV relativa, que realiza esto a tal nivel que esto contribuye a una reducción del valor de la fuerza de trabajo en general. En el segundo, él parece afirmar que si lo hace: cuando el capitalista individual disminuye el valor de su producto, él escribe, “la plusvalía es generada para él”. Es fácil de malentender esto como si implicase que el abaratamiento del producto genera por si mismo PV, lo cual significaría que su fuente no seria la fuerza de trabajo sino la tecnología. Ello estaría en contradicción con la propia base de su teoría del valor, en la que no hay otra fuente de plusvalía que no sea la fuerza de trabajo. Pero lo primero no es lo que el quería decir. En parte la confusión surge por que esta explicando cosas en base a análisis que no son parte del Volumen 1 sino del Volumen 3, que es probablemente el motivo por qué él decidió no incluir “Resultados…” en el Vol. 1. Pero Marx no intentaba negar que la subida de la PV relativa, bajo la dominación real del capital, no se deba a nada más que a la reducción de la plusvalía relativa de la fuerza de trabajo o implicar que yendo por debajo del valor del mercado genera PV para el capital en su totalidad. Sino más bien él quería señalar la génesis del cambio de la plusvalía absoluta a la relativa como la principal fuente del crecimiento de ganancia y explicarlo como resultado de un cambio en el método básico por el que los capitalistas buscan incrementar sus ganancias. Mientras que bajo la dominación formal, este método consistía principalmente en reorganizar la producción basada en la compra de la fuerza de trabajo, transformando artesanos y campesinos en obreros y haciéndolos trabajar cuantas mas horas posibles, ahora el método principal se ha vuelto el abaratamiento del valor individual de la mercancía por debajo de su valor mercantil para obtener una plusganancia que resulta de la transferencia de la plusvalía en el mercado, dentro de la fase de circulación. Aquello es una forma de redistribución de la plusvalía, no de su creación, pero mientras mas esto se convierta en el método dominante de buscar ganancia, más medios de subsistencia son abaratados por el alza general de la productividad, de manera que la parte remunerada de la jornada de trabajo se reduce en proporción a la parte no remunerada.
Es importante distinguir lo que impulsa a los capitalistas de lo que hace al capitalismo un éxito o un fracaso. Las condiciones para el incentivo para producir y las condiciones en general para la acumulación se relacionan pero no son lo mismo. Hemos analizado en otra parte como la dominación genera una brecha que se amplia entre el crecimiento del valor de cambio y del valor de uso que le coloca obstáculos al capitalismo, en su fase de producción (Tendencia decreciente de la Tasa de Ganancia) y (dialécticamente vinculado a ello) en su fase de circulación (Sobrecapacidad) que no puede vencer salvo a través de una masiva desvalorización en crisis y en guerra. Estos obstáculos enfrentan a los capitalistas como si se tratase de una fuerza extraña como el clima tormentoso pero mientras tanto su impulso permanece en obtener ganancias yendo por debajo del valor del mercado y buscar las condiciones para hacerlo posible. Debería notarse que, mientras más homogéneas se hacen las condiciones de producción, más productores extra-capitalistas y productores capitalistas con una relativamente baja COC (Composición Orgánica Del Capital, la proporción indirecta del trabajo pretérito a trabajo vivo directo), son marginados, más difícil se vuelve. En El Capital Vol. 3 Marx comenta, si toda la producción mundial estuviese en manos de unas cuantas compañías gigantes, “la llama vital de la producción seria totalmente extinguida.”

Fordismo:
Dado que existen definiciones conflictivas entorno a este termino, permítanme esclarecer lo que quiero decir con ello: La producción masiva industrial con la tecnología mecánica en su centro y el aumento constante de la escala de producción como su incesante propósito; la gran empresa integrada y centralizada es su forma típica de apariencia, la producción en cadena su distintivo, trabajo reiterativo, monótono cuyo contenido y paso se dicta por la maquina, caracteriza el proceso de trabajo y el Taylorismo que caracteriza el manejo de trabajo.
La primera línea de montaje se introdujo en la planta de Ford en 1913, pero esta fue precedida por muchas décadas de cambios en el proceso de producción en esa dirección. El fordismo expresaba la tendencia general del capitalismo de elevar la productividad del trabajo rebajando el valor de las mercancías mientras incrementaba el volumen de las mismas, y como tal realizaba su tendencia general a reducir el tiempo de trabajo socialmente necesario, así desempeñando sus tendencias latentes hacia la caída de la tasa de ganancia y sobreproducción.
Estos obstáculos no se reflejan a un nivel meramente abstracto sino en el mundo real. Como tal, son una función también de las características concretas y especificas del capitalismo como un producto histórico, como de la presencia de factores que contrarrestar a la tendencia decreciente da la tasa de ganancia (como el potencial metabolismo con la producción extra-capitalista) y el desarrollo de la estructura política-económica del capitalismo en un punto dado de la historia. Esto explica por qué las instancias de masiva desvalorización en el siglo 20 ocurrieron en su momento y el por qué el fordismo conoció su apogeo después de la Segunda Guerra Mundial, cuando la estructura de Bretton-Woods creó por vez primera una amplia zona (mas o menos) de libre comercio con una divisa global común y expansiva, sirviendo ambos como medio de pago y circulación. Ya no confinados por fronteras nacionales (o al menos mucho menos que antes), tampoco obstaculizados por caprichos de las divisas nacionales o fastidiosas restricciones del estándar de oro (aunque el dólar en teoría permaneció atado al oro y a todo el resto de divisas también indirectamente de esa manera), el potencial del alza de productividad del fordismo finalmente se desato, generando una inmensa extracción de plusvalía relativa.
Esto explica la fortaleza y duración del auge de la post guerra. Pero con la homogenización de las condiciones de producción fordista en Norte América, Europa Occidental y Japón, la creciente marginación de los países subdesarrollados e impedimentos creados por el contexto de la Guerra Fría a la expansión del mercado mundial, los mismos obstáculos retornaron a finales de los sesentas. A estos obstáculos se debe añadir la resistencia de la clase obrera frente a la intensificación del proceso laboral que el fordismo realizo tecnológicamente. El alto costo de la capacidad productiva inutilizable hizo del fordismo, por su naturaleza, particularmente vulnerable frente a las huelgas además al estancamiento de la expansión del mercado. Además, la sobrecapacidad global lleva al estancamiento crónico, incluso para los capitales más fuertes. Tal como Marx explica en el Volumen 3 del Capital, en condiciones de sobrecapacidad, el valor social esta determinado por las condiciones más favorables de producción, suprimiendo la plusganancia que aquellos cederían bajo circunstancias normales. El incentivo de especular sustituye al de invertir.
La divisa mundial era también la divisa de una nación particular, que creó la posibilidad irresistible para que EEUU use su posición para intentar pagar su salida fuera del problema, a expensas de toda la zona del dólar. Esto forzó a que USA se desvinculara el dólar del estándar de oro (formalmente en el 71, de facto a principios) después del cual la expansión monetaria se puso fuera control. La imposibilidad de resolver las contradicciones del capitalismo arrojando más dinero a ellos resultó en la estanflación de los setentas y, afines de la década, trajo la economía mundial al borde de una hiperinflación paralizante. Era momento de intentar algo más.

Post fordismo
No es un término perfecto puesto que parece insinuar que el fordismo es cosa del pasado lo cual difícilmente es el caso. No obstante, en los ochentas, algo distinto emergió al filo del capitalismo. Pero los cambios en el modo de producción correctos solo eran parte de ello. Un cambio sísmico en la estructura entera del capitalismo mundial (el fin de la Guerra Fría, el fin del curso autárquico de China y la globalización resultante) suministro el contexto para que el post fordismo prospere.
Los cambios fueron guiados por varias metas:
• De encontrar acceso a fuerza de trabajo barata disponible en las partes menor desarrolladas de la economía mundial para contrarrestar la caída de la tasa de ganancia. Aparte de sus beneficios directos, esto también le dio palanca al capital contra el la clase trabajadora en los países desarrollados para abatir los salarios reales y así aumentar las ganancias.
• De reducir la vulnerabilidad del capital frente a la resistencia de la clase obrera, a través de cambios estructurales en la organización de la producción permitiendo mayor flexibilidad y adaptabilidad. La estructura centralizada y verticalmente integrada de la compañía fordista gradualmente dio lugar a un mas descentralizado y especializado modo de operación horizontalmente integrado extendido que disminuyo la concentración de la clase obrera, y por tanto su capacidad de unirse en la lucha. A nivel estatal, esto se expreso por medio de las llamadas políticas neoliberales (también implico una menor relación cooperativa con los sindicatos).
• (Relacionado a esto): de distanciarse de la dependencia del fordismo en el aumento de escala como el método principal para aminorar el valor individual de la mercancía por debajo de su valor social. Dado que esto había llevado a la sobrecapacidad y que el capitalismo se mostraba impotente de vencer esto sin la masiva desvalorización, capitales avanzados apuntaban cada vez mas y mas a restaurar las condiciones de la escasez relativa a través del desarrollo de nuevas mercancías (de bienes de producción y de consumo), dándole a sus fabricantes posiciones de mercado monopolísticos o semi-monopolísticos y por ende plusganancias. Aunque tales posiciones de mercado solo podían ser temporales, un paso rápido de innovación tecnológica asegura la continuidad de una ventaja competitiva y por lo tanto de plusganancias.
La principal característica del modo de producción post-fordista es que la automatización sustituye a la tecnología mecánica en el nexo de la producción. Mientras que el primer desarrollo a gran escala de la automatización se remonta ya desde finales de los cincuentas, se aceleró enormemente desde los ochentas con el desarrollo y aplicación de gran envergadura de las Tecnologías de Información y Comunicación (TIC). Junto con esto, la importancia de la ciencia aplicada en general dentro del proceso de producción creció de forma abismal y así el papel de lo que se ha llamado trabajo inmaterial o cognitivo. Esto involucraba un gran cambio en la composición de la clase trabajadora, cuyo componente más decisivo ahora encarna lo que Marx previó:
“Él se hace a un lado del proceso productivo en lugar de ser su principal actor. En esta transformación, no es ni el tiempo de trabajo directo que él desempeña, ni el tiempo que trabaja, sino mas bien la apropiación de su misma fuerza productiva en general, su comprensión de la naturaleza y su dominio de ella en virtud de su presencia como cuerpo social -es en una palabra el desarrollo del individuo social que aparece como la gran base- piedra angular de la riqueza y producción” (Gundrisse, Penguin Edition pg. 705)
Mientras Marx daba a entender, en mi opinión, con lo de “individuo social”, toda la clase trabajadora (y así incluyendo al trabajador fordista que permanece como un componente esencial del proceso productivo), su descripción es particularmente apto con respecto al trabajador post-fordista. El que su trabajo colectivo enormemente productivo sea la piedra angular de la riqueza hoy parece claro. Que la producción post-fordista rinda grandes utilidades también es claro. Pero, ¿qué quiere decir esto para la creación de valor? Después de todo, el tiempo de trabajo directo ya no puede ser la gran piedra angular de la riqueza, pero permanece como vara de medición, piedra angular de la ley del valor.

Post-fordismo y creación de valor:
Examinemos como el post-fordismo, y la globalización (la nueva división de trabajo) la cual contribuyo a hacerlo posible, han afectado a la creación de plusvalía.
1. Redujo el valor del capital constante CC (maquinaria, infraestructura, materia prima) y así incremento las ganancias (pv/cc+cv) llevando a ahorros de costos en muchos niveles. Ha llevado a mayor eficiencia de los recursos, un cambio mas rápido del capital, bajos costos de almacenamiento, bajos costos en transporte y comunicación, etc.
2. Redujo el valor del capital variable CV (fuerza de trabajo) aminorando el valor de las mercancías que los trabajadores necesitan (y así incremento la tasa de PV relativa)
3. Ha incremento la intensidad de trabajo. Las TIC hicieron posible una penetración de la ley del valor aun mas profunda dentro del proceso productivo y un manejo mas cercano y control de ese proceso (el Post-taylorismo es aun mas despiadado y coercitivo que su predecesor)
4. Ha incrementado la movilidad del capital y así alteró el equilibrio de las fuerzas entre el capital y el trabajo a favor del primero que también ha contribuido a aumentar el PV/CV.
5. Conllevo al traslado de una gran parte de la producción Fordista a partes antes subdesarrolladas del mundo, China en particular. Las condiciones allí, lo hicieron accesible por los cambios geopolíticos y la caída exorbitante de los costos de transporte y comunicación además de otros desarrollos tecnológicos, abrieron la puerta a la incrementada extracción de plusvalía absoluta como relativa. El metabolismo creciente con productores extra-capitalistas y el capitalismo de menor COC debe resaltarse a este respecto. Son estas condiciones de atraso que determinan lo que los medios de subsistencia son sino para la alta producción (COC) que representan poco valor. La posibilidad históricamente sin precedentes para combinar las condiciones e vida de sociedades de baja productividad con la tecnología y métodos de sociedades de alta productividad, produce una mayor tasa de plusvalía. Gran parte de las mercancías entonces producidas son bienes de consumo baratos destinados a mercados de países desarrollados. Así que ellos aminoran el valor de la fuerza de trabajo allí (incrementando la plusvalía relativa) y son el principal motivo de por que la inflación se mantuvo tan baja por mucho tiempo (otro es el contexto global de sobrecapacidad, la cual, según Marx explica en el Volumen 3 del Capital, conlleva al valor social de una mercancía hacia el valor de aquellos producida bajo condiciones mas favorables, en otras palabras mas barato. Además este traslado es relativamente nada injurioso dado que el movimiento simultaneo de capitales desarrollados en la producción post-fordista creo una división de trabajo, un desarrollo complementario. A esto podemos añadir el mercado que su desarrollo suministro a los países desarrollados, pero como veremos después, comprende severos limites.
6. Ha, junto con la reorganización global del capital la cual contribuyo a darse, tremendamente facilitado la penetración de la ley del valor en áreas que aun no estaban mercantilizadas, y por ende abrió nuevas e importantes avenidas para la creación del valor. Los ejemplos incluyen el desplazamiento de granjas familiares por la agroindustria, el desplazamiento de servicios (en el sentido marxiano: el trabajo que se consume directamente en lugar de crear una mercancía que ingrese al flujo del capital) por industrias de servicio, como también de la aparición de nuevos bienes y servicios como resultado directo de su desarrollo, y hasta el desplazamiento de intercambios laborales realizados libremente entre miembros de familia, amigos y vecinos por intercambios mercantilizados.
Todos estos factores han estimulado la creación del valor en gran medida (completamente aparte de la cuestión de quien se aprovechó de esto). Pero como en todos los periodos de innovación, tuvo su periodo “strum and drang” (tormenta y estrés), después del cual el efecto comenzó a disminuir, en parte debido a la homogenización que cumplió. En China, los salarios están subiendo, empujados inevitablemente porque los cambios en el mundo que los trabajadores habitan (tecnificación de las ciudades, la destrucción del semi-proletariado que obtiene parte de sus medios de subsistencia granjeando pequeñas parcelas) aumentan el valor de la fuerza de trabajo, a pesar de la caída del empleo industrial causado por el declive de la producción baja en COC y la continua emigración de campesinos inestables a las urbes. Además de la demanda de la producción fordista en China por las materias primas, petróleo en particular, en combinación con el prospecto de su agotamiento que se hace mas realista, esta elevando los precios, incrementadamente neutralizando el efecto ventajoso de las exportaciones en China sobre la inflación. La inflación se esta elevando rápidamente en China y en India también. Pese al crecimiento de las telefonías allí, el número de puestos de trabajo generados por la TIC es mas bajo que el número de granjeros endeudados que terminan suicidándose. En la ciudad “modelo” Bangalore, los barrios pobres crecen a un nivel mas acelerado que lo de las partes prosperas de la región. Las expulsiones y la destrucción son acompañantes inevitables de la globalización post-fordista.
En tanto que es verdad que los sospechosos se quedan al filo de las TIC, estamos siendo testigos de la generalización de las miríadas de sus aplicaciones por toda la cadena de producción globalizada. Esta homogenización acelera el paso en la que las ganancias en la productividad se generalizan. Ello significa que los ahorros en el valor que ellos permiten, se pierde mas rápido debido a la caída del valor social (el costo de la reproducción social) de la mercancía. Cuanto más rápido esta caída se da, mas tiende la brecha a abrirse entre el valor del capital avanzado para la producción social y el valor (social) de las mercancías que resultan de la producción.
Marx ponía énfasis en que el efecto del aumento de la COC y de la ganancia de la productividad que se genera, es de doble filo. Por un lado, aumenta PV/CV o tasa de plusvalía, reduciendo el tiempo de trabajo necesario (el valor de los bienes que constituyen el valor de la fuerza de trabajo). Por el otro lado, disminuye el peso del trabajo vivo en la producción, y por consiguiente también la parte de ello que es no-remunerada, la plusvalía. Del ritmo del declive del trabajo vivo depende el que si una elevación de la parte de ello (pv/cv) puede compensar la caída del total (cv+pv). ¿Qué fuerza es la más fuerte hoy? Las características de la automatización son tales que la segunda sale ganando. Esto es especialmente claro en el producto más emblemático del post-fordismo, bienes digitales y software en particular. Su papel creciente -como medios para obtener ganancias, como componentes del proceso de producción, herramientas para crear riqueza, para creatividad, comunicación- en la sociedad no se puede negar. Es verdad que la creación de estos bienes exige mucha fuerza de trabajo. Esta fuerza de trabajo se explota por el capital, su valor y plusvalía se cristalizan en la mercancía que resulta de ello. Pero este valor es pasajero. No importando cuantas horas se haya consumido para crear una mercancía digital en particular, el valor de su copia es, como la de cualquier otra mercancía, igual al valor de trabajo directo e indirecto que se gasta para ganar una plusganancia (promedio) sobre el capital avanzado. En el caso de los bienes digitales, no es casi nada. Lo que Marx escribió sobre las maquinas: “Aunque tan jóvenes y llenas de vida pueda estar la maquinaria, su valor ya no esta determinado por el tiempo de trabajo necesario objetivado en ella, sino por el tiempo de trabajo necesario para ya sea reproducirla o para reproducir otra maquina mejor. Ha sido por tanto depreciada a un mayor o menor nivel” (Volumen 1, El Capital) es verdadero para todas las mercancías. El que las mercancías digitales sean altamente beneficiosas no debe engañarnos. Sus productores obtienen plusvalía, pero viene de sus clientes.

Pero es en naturaleza la informatización en general, y de la estructura inherentemente comunicativa de las TIC en particular, de invitar a compartir y por ende llevar el precio de mercado de las mercancías digitales hacia su nada cercana valor de mercado. Por eso es que el sector de TIC es el más obvio ejemplo de la tendencia creciente hacia el capitalismo monopólico (que tiene sus ecos en los años que precedieron a la Primera Guerra Mundial y los años veinte). El incremento exorbitante en el uso de patentes, derechos, licencias, etc., para mercantilizar el conocimiento que lleva a la plusganancia (Microsoft saca 3 mil patentes al año) implica la necesidad de un orden mundial en el que su precio se hace cumplir, y la indomable tendencia del mercado en subvertir esto, de la ley del valor a abatir su precio por debajo de su valor social, se puede revisar. Esto, junto al deseo del control sobre los recursos, tiene mucho peso sobre la geopolítica y estrategia militar norteamericana en particular.
Marx llamo a la devaluación generada por una rápida caída de los costos de reproducción: “depreciación moral”. No solo incide en los bienes digitales. Cuanto más rápido sea el paso de la innovación tecnológica y de su integración en la producción y consumo, mas rápido pierde el capital constante su valor antes que haya transferido su valor a otras mercancías. Mientras mas la innovación tecnológica sea buscada para la plusganancia que cede, más será capas el inversor capitalista en llevar el costo de la depreciación moral. En un texto anterior, lo llamaba a esto sobreproducción oculta. Es una de las principales formas como se manifiestan hoy las barreras del mercado.
La barrera del mercado se manifiesta no en la forma de un límite absoluto al poder de consumo de la sociedad capitalista sino en la forma de crecientes desproporcionalidades. La alta tasa de innovación tecnológica del post-fordismo ha acelerado una tendencia a largo plazo de la dominación real a sobre-acumular bienes de producción y sub-acumular bienes de consumo, de la que la depreciación moral es una expresión. Otra desproporcionalidad generada por el impulso de la búsqueda de plusganancia es causada por su propio éxito, pagada por la reducción del valor de la fuerza de trabajo además del con la PV de otros capitalistas quienes deben comprar a un precio por encima de su valor. Con la concentración de la riqueza por un lado, generando un exorbitante aumento en la demanda de todo tipo de los bienes de lujo y por ende una mayor tasa de ganancia en la producción de bienes destinados a la producción improductiva, y una relativa caída de la demanda para el consumo productivo por el otro lado, la proporcionalidad alcanzada por el mercado se desvía mucho mas de la proporcionalidad requerida para la acumulación (analizado en el Volumen II del Capital) y ulteriormente hipoteca a la creación de valor. A esto se debe añadirse un aumento de improductivos, costos falsos en general, que incluye los costos de orden del mantenimiento y proyección de poder. Los costos de la guerra en Irak y Afganistán se acercan a 1 trillón de dólares. Los costos de la defensa anti-terrorista y del control de exceso de población superan esa (en EEUU más del 1% de la población adulta esta encarcelada). En adición, está el alza de los costos en los cuales deben incurrir los capitales que están en la vanguardia para permanecer en la misma. Muchas transnacionales gastan más en marketing que en la producción para crear una escasez artificial, socialmente percibida (por ejemplo, la diferencia entre un Nike y unas simples zapatillas) que rinde plusganancias.

La crisis de hoy
A pesar del relativo éxito de los capitales de vanguardia de generar, para si mismos, nuevos mercados rindiendo plusganancias, el contexto en general permanece siendo de una sobrecapacidad abrumadora. No obstante, el capitalismo evitó un colapso, gracias a la caída del valor de la fuerza de trabajo. Pero para hacer que la economía mundial siga creciendo en el seno de la sobrecapacidad global, tenía que ser alimentado por una expansión monetaria exponencialmente creciente. Esto fue lo que paso en los setentas también, pero durante aquel periodo la expansión monetaria apuntaba más a desacelerar la erosión del poder adquisitivo general, debido al alto costo de capacidad de la producción no-utilizada en la economía fordista. Los ochentas comenzaron con una abrupta restricción del crecimiento del dinero en la circulación para reinar en la inflación. Pero la deuda pública continuo creciendo a un nivel acelerado, en tanto que los gastos estatales cambiaron de dirección de apoyar al salario social a al dispendio improductivo como de armamento. Aun más importante fue la expansión del sector financiero. Con la eliminación de gran parte de las restricciones sobre la movilidad y las actividades del capital financiero, este creció enormemente, creando todo tipo de instrumentos financieros que prometían preservar y expandir el valor situado en ellos. Dado que todo ese dinero no hacia circular bienes, no elevo los precios, así que no origino inflación. Su carácter ficticio se expresaría de otras maneras.
El primer ganador de la era post-fordista fue el capital japonés el cual fue muy exitoso en los ochentas en aminorar el valor individual de las mercancías de su sector exportador por debajo de su valor social siendo pionero en aplicar las reformas post-fordistas. Japón acumuló grandes ganancias pero experimento grandes dificultades en invertirlas de tal forma que no interrumpiera a los mercados extranjeros, en primer lugar al mercado norteamericano, del cual dependía y que no causaba que la inflación se eleve en su economía domestica. Las alternativas eran de mantener cientos de billones de dólares en el banco (sujetos a perdidas abismales al devaluarse el dólar) o de situarlos en propiedad cuyo precio fue percibido apto para resistir la tendencia general de disminuir el valor; en otras palabras, de especular. El capital japonés hizo ambas. La especulación se alimenta de si mismo porque la demanda creciente que engendra libera masivas ganancias al comienzo. Porque esto es un juego piramidal, siempre termina en pérdidas aun más masivas. Cuando la burbuja estallo, Japón se hundió en el estancamiento. Que esto no lo haya llevado a la depresión fue principalmente debido a que globalmente el post-fordismo continuo expandiéndose y Japón permaneció un competidor de primera línea.
La siguiente estallo en el Sur Este Asiático con fuertes repercusiones en América latina y Rusia (que más tarde se recuperó gracias al alza del precio del petróleo). La enorme desvalorización de la propiedad (incluyendo la fuerza de trabajo) que estos países sufrieron reforzó la solicitud-santuario de activos en los países centrales. Esto y la posición de vanguardia del capital norteamericano en los sectores de mayor producción, además del tamaño de mercado estadounidense, creó una corriente cada vez más creciente para los EEUU. En el 2004, el 80% de los ahorros netos del mundo fluyeron a EEUU.
Pero un tamaño creciente de la expansión del mercado de EEUU se apoyaba en nada. Año tras año, los EEUU consumían más de lo que producía, ahora al ritmo de más de 800 billones de dólares al año, un número que ampliamente subestima la cantidad de transferencia de valor. A cambio de esto, el resto del mundo adquiría stocks o acciones, bonos, obligaciones del tesoro y otros certificados de endeudamiento además de otras propiedades, con un valor nominal de muchos trillones de dólares. EEUU era el único país que podía hacerlo, dado su dominio sobre la divisa mundial. Pero también parece conscientemente haber estimulado el efecto-santuario a través de sus políticas internacionales, también de haber estimulado la inflación de sus activos, en particular con diversas políticas para estimular la demanda para su improductivo sector de FSBR (finanzas, seguro, bienes raíces). Inevitablemente, creció dependiente de ello. Alrededor del 2004, necesitó su “arreglo” de 2.6 billones de dólares de capital extranjero por día, solo para hacerlo continuar.
Así que ese fue el mecanismo básico que mantuvo todo en orden: EEUU conservaba vivo a la expansión del mercado, las ganancias fueron expandidas más globalmente, pero una inmensa parte de estas ganancias debían permanecer atesoradas, incapaces de reingresar a la circulación o su origen ficticio sería expuesto por la inflación.
Pero la promesa para el capital que es atesorada en los activos financieros y en los bienes raíces es que se mantuviera vivo, protegido de la desvalorización en un mundo en la que toda la dirección apuntaba mas a la caída de valores. La promesa se mantiene en tanto que la demanda suba intensamente. Pero cuando comienza a menguar, la naturaleza especulativa de la ejecución se revela. Los EEUU no era el único país cuyo valor de tipo de cambio creció desproporcionadamente. El que la expansión del dinero no fuese desatado del brusco instrumento del estándar del oro fue inevitable y lógico. Pero para que circule el valor y retenga su acreditación como medio de pago, la expansión del dinero tenía que permanecer atado a la expansión del valor. Tal no fue el caso. Las transacciones de dinero con relación a los bienes materiales que la producción contaba de ser 80% del total de las transacciones globales en 1970, una proporción que para 1997 ya había caído al 0.7% en los EEUU, desde 1985, el dinero ha estado creciendo en más de 6 veces más rápido que la producción.
El año pasado, la caída de la demanda global de las acciones y bonos de EEUU, y los intentos desesperados de mantener en alza la demanda en los bienes raíces ofreciendo hipotecas cada vez más baratas (muchas de ellas vendidas con engaño y sin consideración a la capacidad del comprador de pagar), reveló lo que se venía; otra burbuja estallando, pero ahora en el centro del capitalismo.
Con la caída de precios inmobiliarios, ya más del 10% de propietarios norteamericanos de casas deben más en obligaciones hipotecarias de lo que vale su vivienda. Millones ya están encarando la ejecución hipotecaria. La constante caída amenaza con eliminar trillones de la riqueza inmobiliaria. La deflación de los activos no se limita a los bienes raíces sino que se extiende al mercado del crédito y mas allá. Nadie tiene idea de cuan grandes las pérdidas podrían ser en los mercados financieros paralelos. Por ejemplo la mora del mercado del crédito intercambia (derivados), un total de 45.5 trillones, más de dos veces el tamaño de todo el mercado norteamericano de acciones. Consiste en transacciones con contratos que prometen pago en caso de omisión de cumplimiento de la compañía, que se pueden vender, por ambas partes del contrato y comercializar ello una y otra vez, sin ninguna garantía que el comprador del contrato estará apto para pagar en caso de mora. Mientras más EEUU se hunde en una recesión, más rápido el mercado deflacionaria.
Con tanta riqueza evaporándose, el impago de incontables transacciones y los bancos forzados a restringir su práctica de empréstito, la crisis recae en el sector de la producción llevando a una ola de bancarrotas y desocupación en alza, e inflación adoptada por los intentos de desacelerar la marea incrementando el gasto público y aminorando las tasas de interés. Una dolorosa caída de la economía de EEUU, y en general de las economías dependientes de ella, es inevitable.
Sería fácil imaginar una escena creíble de cómo esta crisis podría caer en espiral hasta convertirse en la gran depresión del siglo 21. Son unas pocas personas inteligentes que lo hacen. Pueda que estén en lo correcto. Pero también subestiman como la capacidad de la clase capitalista de actuar concertado cuando se ve a punto de caer, ha crecido desde la depresión anterior. No creo que EEUU pueda recuperarse. Debe contar con la dependencia de sus socios comerciales en el mercado norteamericano. Sobre el hecho de que no tienen otra opción frente a la conducta del comercio global actual, y por ende están obligados a llegar al rescate e invertir en la recuperación de su economía. La crisis misma tendrá un efecto tónico para los fuertes que sobrevivan a ella. Pero nada estará resuelto. La crisis es un gran acontecimiento, marcando el comienzo de una nueva fase, caracterizada por impactos económicos de mayor intensidad que podrían propiciar la escena para la intensa lucha de clases.
Sander
Marzo 4 2008

GEC

Mensajes : 4
Fecha de inscripción : 22/02/2011

Volver arriba Ir abajo

Volver arriba

- Temas similares

 
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.